Teoría de la Comunidad de ValoresImportantes grupos financieros son los poseedores de la mayor parte de las acciones de las compañías más relevantes existentes en los diferentes mercados bursátiles.
A su vez, algunas de estas compañías cotizadas efectúan inversiones externas adquiriendo participaciones de otros negocios y acciones de otras compañías que también cotizan en el mismo o en diferentes mercados bursátiles.

Puede darse el caso que estas últimas compañías cuyas acciones han sido adquiridas por compañías del mismo mercado también posean acciones de otras empresas e incluso de la misma compañía que les han comprado las acciones a ellos.

De tal manera que las inversiones en bolsa de las compañías cotizadas hacen de ellas «monstruos de Frankenstein» cuyos cuerpos están formados por partes de cuerpos de otras empresas y a su vez todas forman parte de todo un imperio del grupo.

Entre otras, esta es la razón por la cual una mala noticia puede afectar directamente a una compañía del mercado, y otras muchas que no tienen nada que ver con su actividad le siguen en su caída.

Habría que pensar (o por lo menos imaginar) el poder que pueden llegar a albergar las manos que dirigen estos grupos financieros.

No deberíamos pensar en las empresas o compañías cotizadas como entes individuales, puesto que todas son dirigidas y movidas por los hilos de sus verdaderos dueños, unos pocos grupos financieros los cuales son, en realidad, los poseedores de casi todo el mercado.

Incluso se puede dar el caso de que centenarias, millonarias y nobles familias de rancio abolengo poseedoras de diferentes grupos estén emparentadas entre sí.

Dicho esto podemos considerar una gran estupidez pensar que una comisión de la competencia pueda detectar y eliminar el fantasma del monopolio, cuando en realidad «el del puro», quiero decir, la corporación financiera propietaria de la empresa «A» es en realidad quien dirige la empresa que tiene como inversión la mayor parte de acciones de la empresa «B». Y si no fuera así, es propiedad de la corporación de su primo con el cual acaba de jugar un partido de tenis.

Aunque decirlo así puede resultar extremadamente sencillo para los cientos de ingenieros financieros que trabajan para estas entidades. La cosa se enmaraña mucho más hasta la imposibilidad de saber a ciencia cierta quién es quién o mejor dicho, a quién pertenece cada quién, y si todas las marionetas las dirigen los mismos 3 o 4 marionetistas.

Si tenemos en cuenta todas estas premisas, sería interesante el planteamiento de una posible rotación y duplicidad de capitales en los valores de los mercados bursátiles.
Tal puede ser la confusión que podrían estar dándose situaciones monopolísticas en una gran tergiversación del paisaje bursátil.

Aunque los balances individuales puedan estar totalmente correctos a nivel contable, podemos afirmar se dan duplicidades en cuanto al «origen» conceptual de los capitales de las cotizadas en el mercado.

El valor que los participantes del mercado dan a una compañía puede estar en realidad, totalmente distorsionado según la distribución de las participaciones de los propietarios.

A continuación, un ejemplo*:

Imaginemos que existen 3 compañías (a las que llamaremos "A", "B" y "C") que
cotizan en el mercado contínuo y que mantienen una similar capitalización.
En las tablas que muestro a continuación representaré a los diferentes
accionistas de cada compañía (propietarios) como símbolos de diferentes
caracteres.
 MAPA de ACCIONARIADO
 =======================================================
   COMPAÑÃA "A"    COMPAÑÃA "B"    COMPAÑÃA "C"
 --------------- --------------- ---------------
 1s93kd92ls8k903 D3sd9sdKS9ssVjL 2kS923ks088JGdE
 klc03IOLKD94k30 f22lcHDF287s8w2 Bfg60mYgeW9j777
 KJdh3u93jx21j9d Bdg76shx80zxssy ggJ84lkmFbkU5jZ

En un momento dado, se producen las siguientes transacciones bursátiles…

    • La compañía «A» adquiere el 33% de la compañía «B»
    • La compañía «B» adquiere el 33% de la compañía «C»
    • La compañía «C» adquiere el 33% de la compañía «A»

De tal manera, que el mapa accionariado propietario de estas compañías quedaría configurado de la siguiente manera…

 MAPA de ACCIONARIADO
 =======================================================
   COMPAÑÃA "A"    COMPAÑÃA "B"    COMPAÑÃA "C"
 --------------- --------------- ---------------
 1s93kd92ls8k903 D3sd9sdKS9ssVOL 2kS923ks088JGdE
 klc03IOLKD94k30 f22lcHDF287s8w2 Bfg60mYgeW9j777
 CCCCCCCCCCCCCCC AAAAAAAAAAAAAAA BBBBBBBBBBBBBBB

DUPLICIDAD DE CAPITALES
Como es normal, si compramos un buen paquete de acciones de la compañía «A» (dependiendo de la cantidad) podríamos lograr que subiera su precio.
Al hacerlo también estaremos subiendo (en menor grado) el precio de la compañía «B», puesto que nuestra compañía posee un 33% de dicha empresa.
Así mismo, de manera colateral estaremos elevando el precio de «C» puesto que es la propietaria de un 33% de la empresa cuyas acciones hemos adquirido.
Quien decida invertir en «A» por las razones que sean (apego a la empresa, evolución satisfactoria para invertir, buenas señales técnicas o fundamentales…etc), en realidad está invirtiendo sólo un 33% de manera directa sobre esta compañía.
La duplicidad de «afecciones» sobre los precios de las compañías es evidente:
En «A», un 33% de su valor estará determinado por las circunstancias que acontezcan a la compañía «B» y otro 33% de su valor estará determinado por las alteraciones que sufra «C» en el mercado.
De tal forma que no debemos esperar de «A» mucho más de los eventos e incidencias que puedan afectar a «B» o a «C». Y viceversa (o quizás «triceversa»).
Este es el motivo por el cual, en ocasiones, una noticia que debería afectar directamente al valor en el que estamos subidos no lo hace de manera significativa y en cambio, una circunstancia que afecta a otras compañías sin relación aparente si que lo consigue.

DOS POR EL PRECIO DE UNA
Imaginemos que la posesión de un 33% convertiría a un accionista en mayoritario en cualquiera de las 3 compañías.
Si «B» es el accionista mayoritario de «C», entonces esta última es controlada por «B».
Si yo (que soy «A») adquiero el control de «B», por herencia también adquiero el control de «C».
Comprando una, me llevo dos.

LA PESCADILLA QUE SE MUERDE LA COLA
El punto insólito del ejemplo es la compra por parte de «C» del 33% de las acciones de nuestra empresa «A» obteniendo una recursión de poder:
A controla B
B controla C
C controla A
Situación en la que, de darse, sería muy difícil concretar el origen real de la procedencia de las órdenes y estrategias de cada una de las empresas.
Donde no hay Capitán … ¿NO manda marinero?

MONOPOLIO ENCUBIERTO
Ahora imaginemos que, de estas 3 compañías que cotizan en el mercado, 2 de ellas «A» y «B» son las grandes o más representativas de un mismo sector y la tercera «C» no tiene relación aparente.
¿De donde vienen las órdenes en realidad? ¿Como detectar así un monopolio?


La «Comunidad de Valores» es un concepto que puede darnos mucho en que pensar, a la hora de elegir nuestras estrategias de inversión, a la hora de calcular nuestros datos fundamentales o incluso a la hora de decidirnos en base a una ruptura de tendencia.
Y nadie sabe a ciencia cierta cuales son las manos que mueven los hilos. Lo que si es seguro es que no todo es lo que aparenta ser ni toda la información publicada informa de la realidad.
Quizás preguntando en un elitista y selecto campo de Golf hallaríamos más respuestas.

Rafa.

(*) Para facilitar su comprensión, estos ejemplos han sido expuestos de una manera muy simple incluyendo únicamente compañías cotizadas en un mismo mercado. En realidad este tipo de actividades pueden darse en múltiples niveles, desde compañías que cotizan en distintos mercados, empresas de un mismo grupo que no cotizan, filiales propiedad de otras que si cotizan, inversiones efectuadas desde grandes grupos de inversión, a través de distintas inst.de Inversión Colectiva (IICs) como fondos, sicavs … etc, etc.